Yosef salió a buscar a sus hermanos y no imaginó lo que iba a pasar. ¿Podemos percibir su sensación interior, cuando entendió que lo querían matar?
Lo tiraron a un pozo oscuro, lleno de serpientes y escorpiones. Posteriormente, lo sacaron del pozo, para venderlo como esclavo a una caravana de árabes que atravesaba el desierto.
En esos terribles momentos que estaba viviendo Yosef, la Torá describe el tipo de mercadería que transportaban los árabes: traían perfumes. Rashi explica que no era común que cargaran ese tipo de artículos. Hashem se preocupó de evitar que Yosef tuviera que sufrir y soportar los malos olores en el camino.
Reb Jaim Shmuelevich pregunta si acaso en esos momentos tan terribles, de decepción y miedo, le importa a Yosef que olor siente. ¿Es un detalle tan relevante para que haya una intervención Divina?
En momentos de oscuridad y de dolor, una pequeña luz desde el cielo ayuda a recordar que Hashem está ahí, que no se olvidó de nosotros.
El perfume no quita el dolor, pero es un gesto de cariño que le ayuda a Yosef a sentir que Hashem está junto a él, en esos momentos difíciles.
El pueblo judío ha pasado por momentos de oscuridad y tragedias en la historia, pero pequeños milagros nos iluminan y han iluminado esa oscuridad, como un gesto de amor y de preocupación por nosotros.
Cuando encendamos las velas de Jánuca, recordemos que a pesar de ser solo una pequeña luz en la noche, también si todo alrededor esta oscuro, esa luz simboliza que Hashem está ahí, con nosotros.