Parashat Jayei Sará: Las tendencias “internas”

Abraham la pide a Efrón enterrar a Sará en su campo, en Meaarat Hamajpelá. Efrón accede, sin ningún problema, por su respeto a Abraham.

Efrón se niega a recibir dinero por el terreno, hasta que lo acepta…

La Torá le quita una letra a su nombre en ese momento. Efrón se escribía hasta ahora con la letra vav: עפרון. Pero en el momento en que recibe el dinero, en contra de lo que él mismo había declarado, su nombre aparece en la Torá sin la letra vav: עפרן, para hacer notar su falta. 

Este cambio en su nombre aparece al final, cuando accede a recibir el dinero y antes. Esto nos lleva a concluir que, en un principio, Efrón tenía un sincero desinterés por el pago, y no era solo una expresión “por obligación”, por buenos modales.

Cuando Abraham insiste en pagar, se despierta en Efrón un interés que él mismo no había contemplado al principio. ¿A qué se debe el cambio?

Uno de los principios del autoconocimiento, según el Rav Israel Salanter, es que el ser humano tiene dos capas en su personalidad: la externa y la interna.

Las buenas costumbres y la buena educación, pueden quedarse en la capa externa de la personalidad, sin penetrar a la interna. Por lo general, esa persona se comporta bien, sin darse cuenta de las malas tendencias internas, hasta que algún estimulo las despierta.

Puede ser generoso y comportarse como tal, sin darse cuenta que tiene una tendencia egoísta “reprimida “, que puede despertar en cualquier momento.

“No confíes en ti mismo hasta el día de tu muerte”, dicen nuestros sabios. No descuides la vigilancia sobre ti mismo, no supongas que actuarás bien.

El proceso de autoconocimiento debe ser permanente: debemos pulir nuestra personalidad siempre.