La libertad

Por David Lipszyc, avrej en el colel Efshar Letakén – Yerushalaim.


Está escrito en la Tora[1] que Hashem constantemente pone en nuestras manos la vida y la muerte, y nuestro trabajo radica en ser capaces de elegir la vida. Esta elección es algo que debemos tener presente siempre en nuestro día a día, como pilar para cada una de nuestras acciones, ya que nuestra elección es, en sí misma, la primera parte de nuestro trabajo como personas.

               La capacidad de elección es algo que nos dio Hashem, y que nos separa del resto de los seres vivos. Una persona que niega su capacidad de elegir es considerada como si estuviera negando toda su conexión con la Tora y con Hashem[2].

               El Gaon de Vilna[3] explica que la gente malvada por la cual rezamos todos los días para que sean eliminadas, no son malvadas por naturaleza, ya que nadie es malo por sí mismo. Sin embargo, estas personas son como el mar, el cual deja sus aguas llevar de un lado hacia otro por los vientos que lo empujan, un día hacia un lado y otro hacia el otro sentido. Justamente el gran problema de esta gente es que se dejan llevar por las influencias externas y niegan su propia capacidad de decidir el camino que deben tomar, a pesar de las dificultades en el medio ambiente. Es por eso que de pronto pueden repentinamente hacer cosas que no están bien, o que la Torá nos dice que no se pueden hacer; simplemente por el hecho de ser algo que se espere de ellos o que la sociedad en ese momento lleva a hacer.

               Por el lado contrario, la Torá se preocupa de que seamos constantemente dueños de nuestras decisiones, dándonos Mitzvot durante todo nuestro día para elegir cumplirlas. Cada vez que nosotros elegimos hacer una Mitzva (o evitar pasar por una transgresión), estamos cumpliendo también con aquella Mitzva que Hashem nos entregó, como prerrequisito para todas las otras Mitzvot: “ובחרת בחיים”[4] (Elige la vida).

               Todos nosotros tenemos situaciones en las que debemos tomas decisiones, por más pequeñas que puedan ser. Muchas veces nuestra decisión va a verse afectada por el entorno, por nuestras preconcepciones, nuestras midot o nuestro estado de ánimo. El trabajo más difícil es lograr llegar a un estado de “pureza” mental. Esto quiere decir ser capaces de separar los elementos de nuestras emociones y de nuestra personalidad, y permitir que nuestra mente sea la que tome una decisión, aislada de cual emoción ajena[5].


[1] דברים ל: טו-טז

[2] דרשות הר”ן, דרוש ה וז”ל: ומי שיכפור זה יכפור בכל התורה כולה.

[3] ספר אשי ישראל, פרוש אבני אליהו, ברכת ולמלשינים וז”ל: וכוונתו כי הרשעים אינם רעים בטבעם, רק שתכונתם שהשקט לא יוכלו כים נגרש מרוח מצויה יעוררם מחמת קנאתם וכו’.

[4]   ספר חרדים מצוות עשה פרק א (כ) וז”ל:   וכן כתב נ”י מעלות רבות נמסרו לנו במצות עשה מעלת הבחירה אחת, שנאמר ובחרת בחיים ובכל עת שמזדמן לפני האדם איסור או ספק איסור והוא פורש, מקיים מצוה זו.

[5]  אור ישראל איגרת כט.