¿Orgullo u Orgullo? (¿Hitnasut o Gaavá?)

Por Yair Vainroj, avrej en el colel Efshar Letakén – Yerushalaim.


Gran parte del trabajo de Midot se realiza incluso antes de siquiera comenzar a trabajar sobre la persona en sí, pues es de suma importancia saber identificar y distinguir qué Midá es la que debemos trabajar, sin caer en la ambigüedad o la confusión. En muchos casos hay Midot muy parecidas, lo cual puede nublar el panorama a la hora de determinar cómo trabajarlas. Este es el caso de la Hitnasut y la Gaavá. Lo primero es entender de qué se tratan estas dos Midot.

Es correcto decir que tanto la Gaavá como la Hitnasut se ven caracterizadas por el orgullo, pues, si bien generalmente este se le atribuye como traducción a la Gaavá, en realidad se encuentra presente en ambas Midot. La diferencia reside en cómo se expresa.

Para lograr palpar la diferencia entre estas dos Midot, primero dejemos clara la semejanza, y para esto definiremos brevemente cada una de ellas: 

  • La Gaavá se caracteriza como una conducta de soberbia y superioridad de la persona respecto al resto de la gente. Esta persona se atribuye, a sí misma, mayor importancia y valor que lo que esta le atribuye a los que la rodean. 
  • La Hitnasut se caracteriza por la búsqueda de aceptación y respeto de los demás. Se preocupa de su imagen, tanto social como física. Esta búsqueda se ve propulsada por el deseo de ser superior y resaltar por sobre el resto de la gente.

La semejanza es notoria: ambas Midot generan la persecución del honor; ambas llevan a la persona a buscar ser, o creer que son, superiores; ambas se ven profundamente relacionadas con el orgullo, la soberbia, la sensación de superioridad, el honor, etc.

Entonces, como ya mencionamos anteriormente, la principal diferencia se encuentra en la manera de expresarse. Como lo trae el libro Orjot Tzadikim (Los Caminos de los Justos) existen dos tipos de orgullo: el orgullo por el cuerpo, físico, visible, y el orgullo por intelectual, por las acciones de la persona, mental; Hitnasut y Gaavá, respectivamente. Vemos pues, que mientras la Gaavá se manifiesta en el interior de la persona, a modo de pensamientos y creencias, independiente de un tercero y de la sociedad, generando que la persona se sienta superior, independientemente de su imagen y de lo que dirán los demás, la Hitnasut se manifiesta de modo contrario, pues esta se manifiesta hacia el exterior, requiere de la opinión del resto de la gente, se aferra fuertemente a la aceptación de la sociedad, se preocupa de complacer a todos con tal de mejorar su imagen constantemente para llegar a ser superior.

Podemos encontrar un sinfín de diferencias en la práctica, pero Rav Snertz lo ejemplifica con el siguiente ejemplo: digamos que una persona se encuentra en su casa, por un lado, si es Gaavtán (orgulloso por la Midá de Gaavá) puede quedarse encerrado sintiéndose lo mejor del mundo, sin necesidad alguna del “visto bueno” del otro. Pero por otro lado, si es Mitnasé (orgulloso por la Midá de Hitnasut) no lo soportaría, y escaparía en busca de los halagos y la aceptación del resto. 

Conclusiones interesantes

Alguien con Hitnasut podría verse como una persona muy simpática y buena en lo exterior, con grandes aspiraciones y muy buena imagen física, sin embargo, en su interior puede tener grandes problemas de baja autoestima, pues la Midá de Hitnasut no lo obliga a ser Gaavtán, de tal modo que podría encontrarse en el extremo opuesto de la Gaavá: la Shiflut haRuaj (lit.: bajeza del alma, baja autoestima). De la misma manera, alguien con Gaavá podría verse muy simple y “humilde” en lo exterior, vistiendo harapos, alguien que no persigue el honor o los halagos de los que lo rodean, sin embargo, en su interior puede ser el Gaavtán más grande del planeta, y la razón de su imagen podría ser el extremo opuesto de la Hitnasut: la Nebelá (lit.: despreciado, alguien muy bajo moralmente y asqueroso); esto se puede atribuir a que esta persona es tan arrogante y orgullosa que se cree en un nivel tan superior al resto que ni los halagos ni el honor que otros le brindan le parece atractivo, por lo que no se esfuerza tampoco en producir una impresión física decente y/o aceptable.