Parashat Ki Tavó: Tshuvá de sentimientos

Por Rav Igal Snertz

וְהָלַכְתָּ בִּדְרָכָיו

(דברים כח, ט)

La mitzvá general de trabajar las midot se aprende, según el Rambam, en Hiljot Deot (1:5), de esta parashá: “Sigue los caminos de Hashem”.

En Hiljot Tshuvá (7:3), escribe el Rambam, que tenemos que hacer tshuvá también por las malas midot que se encuentran en el corazón (como el enojo, el odio y la envidia), y no solo por las averot activas.

¿Por qué el Rambam tiene que decir que es necesario hacer tshuvá por malas midot? Después de enseñarnos que el trabajo de midot es una mitzvá, es evidente que el que no la cumple debe hacer tshuvá, como en cualquier otra mitzvá.

La pregunta es aun mayor: El Rambam menciona la necesidad de hacer tshuvá por malas midot solo en el séptimo capítulo de Hiljot Tshuvá, y no en el primer capítulo, donde habla de la obligación de hacer tshuvá por todas las averot.  ¿Por qué las separó?

El Rambam nos enseña desde el capítulo quinto en adelante, el principio del libre albedrio. Somos libres de elegir nuestra conducta. Acá, surge la pregunta: ¿somos libres también de elegir nuestros sentimientos?

La tshuvá es, en esencia, por definición, un cambio. Se podría pensar que podemos controlar las acciones, no los sentimientos. Sin embargo, dice el Rambam, tenemos libre albedrio también en lo más profundo del corazón. Se puede hacer el cambio, la tshuvá, también en los sentimientos, en las midot.

Podemos aprender a relajarnos en lugar de desesperarnos, a conectarnos en lugar de alejarnos, a motivarnos en lugar de rendirnos. Lo que hacemos y sentimos, Efshar Letakén.