Parashat Nóaj: El respeto a la institución del matrimonio

Para que el mundo se destruya, debe existir un motivo de mucha gravedad. En la generación del diluvio, la humanidad llegó a cometer las peores averot y el mundo se destruyó.

La Torá nos enseña cómo empezó todo, qué desencadenó la gran decadencia de la humanidad, poco tiempo después de su creación.

La primera causa fue el “descubrimiento” del hombre por su atracción hacia las mujeres, lo que produjo una ruptura en la estructura familiar.

La destrucción del matrimonio, destruyó finalmente el mundo.

¿Por qué la primera mitzvá de la Torá es pru urvú, la mitzvá de la reproducción?

“Hay tres socios en la creación del hombre” dicen nuestros sabios “Hashem, el padre y la madre”. Hashem podría haber creado un mundo en que la vida se originara por sí misma, sin nuestra ayuda. Sin embargo, Hashem nos permitió ser socios con Él, en la creación de las próximas generaciones. Nos hizo socios desde la base, en lo primordial: en la existencia de la vida.

Bereshit, la primera parashá, nos enseña en la primera mitzvá, lo importantes que somos. Nóaj, la segunda, nos enseña qué sucede cuando las personas no respetan esa realidad: pierden el idealismo de aportar a la Creación, dejan de valorarse a sí mismos y terminan descuidando todo su actuar, hasta llegar a la destrucción.

El respeto al matrimonio es la fuente de la autoestima