Yosef no podía seguir fingiendo que no conocía a sus hermanos. No podía verlos sufrir ni tampoco controlar su llanto – “velóyajol Yosef lehítapek”.
Sin embargo, la expresión que usa la Torá para describir el llanto de Yosef llama mucho la atención: “vaitén et coló bivjí” – “puso su voz en llanto”. Una persona que no puede tolerar su tristeza – su dolor, no decide llorar, no produce una acción para llorar. Sería más correcto decir que estalló en llanto o que se le cayeron las lágrimas.
Después que la Torá dice que Yosef no podía tolerar su angustia al ver a sus hermanos en esa situación, no debería decir que Yosef “se puso” a sí mismo en un estado de llanto.
Este lenguaje nos enseña que incluso cuando un sentimiento nos supera, no podemos perder el control, tenemos que regularizar el sentimiento y expresarlo de forma correcta.
Yosef en su torbellino de sentimientos, alcanzó a dar la orden de salir de la habitación a todos los sirvientes egipcios, para no avergonzar a sus hermanos frente a ellos. Yosef sintió que sus emociones lo envolvían, pero no estalló en llanto, se “puso” en estado de llanto, canalizó sus sentimientos de forma correcta.
En la vida, nos encontramos con situaciones que nos despiertan emociones muy fuertes. Emociones que no podemos, o no debemos, oprimir. Pero eso no justifica reaccionar descontroladamente.
Hay situaciones en las que no podemos elegir cómo sentirnos, pero siempre podemos elegir cómo expresar lo que sentimos.