Esta parashá (y el libro Vaikrá en general) trata de las leyes de los korbanot – los sacrificios.
En realidad, la palabra “sacrificios” no es una buena traducción de la palabra korbanot. No se trata de sacrificar/se.
Tampoco se trata de traer una ofrenda para Hashem, porque Él no la necesita, a Él no le falta nada.
La palabra korbán viene de la raíz karov – cerca, porque el objetivo de los korbanot es acercarse. El korbán no es para Hashem, sino para nosotros. Cuando santificamos la naturaleza, por medio del korbán, volvemos a estar cerca de Él.
Hay distintos tipos de korbanot, cada uno con leyes y procedimientos detallados y específicos. ¿Por qué son tantas las leyes de los korbanot? Si el objetivo es estar cerca ¿qué importa cómo se trajo el korbán? ¿No decimos acaso, que lo que importa es la intención?
La intención es muy importante, pero el método también lo es. Al Rey de Kuzar se le informó al principio de su búsqueda espiritual: “cavanatjá retzuyá, maaseja einó ratzui” – tu intención es correcta, tus acciones no lo son”.
Para cuidar la salud no basta con tener buenas intenciones, se debe consultar a los expertos en medicina.
Para acercarse a Hashem, no alcanza con tener buenas intenciones, debemos consultar a los expertos de la Torá.
De la misma manera, la buena intención que tenemos de ayudar a los demás puede ser destructiva, si no la llevamos a cabo correctamente.
Para acercarse al prójimo y ayudarlo, necesitamos conocer las midot de aquel a quien vamos a ayudar − y el método para trabajarlas.