Esta semana se lee en la Torá la primera mitzvá que se le entregó al pueblo judío: la mitzvá de jodesh – la cuenta de los meses.
¿Por qué esta mitzvá fue elegida para ser la primera? ¿Por qué es tan importante?
En el calendario judío, la cuenta de los meses está basada en el ciclo lunar.
En el ciclo solar no se percibe el comienzo del año, y no hay sensación de renovación. En cambio, en el ciclo lunar, cuando la luna “se renueva” frente a nuestros ojos – es el principio del mes. Por esta razón, los meses se llaman en hebreo jodesh, de la raíz jadash (nuevo).
Explica el Rav Hirsch, que la primera y la más básica mitzvá de jodesh, nos enseña a levantar la mirada hacia la luna “renovada”, para sentir que dejamos atrás los problemas del pasado – para un nuevo comienzo.
El peor sentimiento que puede afectar a una persona es la perdida de motivación. Sin motivación no se actúa − no hay ni energía ni vitalidad.
¿Qué hacer para no hundirse en la rutina y perder la motivación?
El Gaón de Vilna dice que es imposible mantenerse estático en lo espiritual. El que no está creciendo, seguro está decayendo. ¿Por qué no puede mantenerse en el mismo nivel, sin subir ni bajar?
Lo que hizo ayer con mucha energía, hoy es una rutina, carente de motivación, y eso afecta la calidad de lo que hace, y baja de nivel.
La única forma de evitar la pérdida de motivación y, por consecuencia, la caída de nivel, es “reinventarse” cada día, hacer que hoy sea mejor que ayer.
Renovarse y mejorar cada día, es la clave de la felicidad.